Todo empezó como siempre. Intentando solucionar un problema de orden. Hasta ahora guardaba las cintas en sus correspondientes carretes o dentro de un tarro de cristal, pero esta última opción no era práctica porque tenía que sacarlas todas para utilizar solo una.
Fue entonces cuando se me ocurrió hacer un dispensador de cintas aprovechando una lata que rondaba por casa. Ya la guardé sabiendo que haría algo con ella.
El primer paso es el más laborioso y que requiere un poco más de paciencia. Consiste en hacer tantos agujeros como queramos. Probé varias técnicas y la que os recomiendo es utilizar un cutter. Rascar en posición horizontal hasta que el material se vaya desgastando y podamos realizar el corte.
A continuación toca poner bonita la lata. Estará recargada de color y estampados por todas las cintas, pero un poco de washi nunca hace daño; y más si es de purpurina.
Llega el final del DIY para hacer un dispensador de cintas introduciendo los baker's twine y las cintas en los correspondientes agujeros e intentando que en el interior no se entremezclen. ¡¡Éste es el resultado final!! Parece que sea un colador de cintas, y es muy práctico tirar, cortar la medida que queramos y no tener que ordenar el lío de cintas.
El dispensador de cintas es un DIY de los fáciles, de los que me gustan y una manera sencilla de reciclar. Sabiendo que me voy a librar del suplicio que me suponía ordenar, me parece el mejor DIY de la historia. Ahora descansa en la mega caja craft de madera. Por cierto, tengo que tunearla ¿sugerencias creativas? ¡Gracias!
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